"¿Ha venido a detenerme, agente?"
Cuando el único hombre al que Tash Buckley había amado en su vida, el agente Mitchell King, le informó de que iba a quedar bajo su custodia, la joven se sintió mucho más preocupada por el efecto que seguía provocándole su exnovio que por el peligro en el que podría hallarse.
Recluida en la cabaña de Mitch, en una playa desierta, resistirse al delicioso guardaespaldas quizás le iba a resultar más complicado de lo que parecía.