Robespierre. Virtud y terror

Afirmo que cualquiera que tiemble en este momento es culpable; ya que la inocencia nunca teme la inspección pública»[19].

se insiste sin embargo en la verdad de su negación, en aseverar la independencia del sujeto con respecto al individuo empírico como ser humano?

esta independencia con el gesto último de arriesgar la propia vida

al fondo autodestructivo de la subjetividad trascendental

tiene en cuenta el núcleo inhumano de la humanidad; que no sólo no niega, sino que afronta sin temor la monstruosidad latente del ser humano, la dimensión diabólica patente en los fenómenos que suelen presentarse bajo el nombre-concepto «Auschwitz»; parafraseando a Adorno, la única ética que todavía sería posible después de Auschwitz. Esa dimensión inhumana es para Lacan, además, el fundamento último de la ética.

la del no humano –alien o ciborg– que muestra más fidelidad a su tarea y a la dignidad y la libertad que sus homólogos humanos

Louis Althusser lanzó la llamativa fórmula del «antihumanismo teórico»

Louis Althusser lanzó la llamativa fórmula del «antihumanismo teórico», permitiendo, exigiendo incluso, que fuera acompañado de un humanismo práctico. En nuestra práctica deberíamos actuar como humanistas, respetando a los demás, tratándolos como personas libres con plena dignidad, creadores de su propio mundo; pero a nivel teórico deberíamos tener siempre presente que el humanismo es una ideología, el modo espontáneo de experimentar nuestro pesar, y que el verdadero estudio de los humanos y de su historia debería considerar a los individuos, no como sujetos autónomos, sino como elementos constituyentes de una estructura que sigue sus propias leyes.

figura del Muselmann, el «muerto viviente» de los campos de concentración.

del Muselmann, del muerto viviente privado de la capacidad de compromiso humano