Cuando el Viejo mata al guardia nocturno a martillazos y escapa del asilo de Sketchley, los vecinos del apacible paraje se organizan para dar con el loco más antiguo del refugio de indigentes.
Solo John Lorney se niega a participar del esfuerzo. Lorney es nuevo en Surrey y la gente lo mira con reticencia desde que compró la mansión Tudor donde ha montado un lujoso hotel al borde de la carretera. El mundo es pequeño y la posibilidad de que viejos criminales se reúnan en El escudo de armas no es tan remota. Finalmente, Sketchley es un sitio donde pasan cosas extrañas: robos, restituciones, un viejo misterioso y merodeador.
Una noche, prende fuego la finca de un señorío vecino. El dueño y sus invitados se ven obligados a trasladarse a El escudo de armas. Uno de ellos muere asesinado.
No hay ninguna pista que relacione los sucesos entre sí hasta que llegan Rennet, un detective americano, y el señor Collett, un inspector de Scotland Yard. La investigación revelará la conexión que los une a todos.