El amor es tan importante que basta con decir que es una de las fuerzas que mueven el mundo. Hesíodo, en su Cosmogonía, dice que en el principio existió el Caos. Y luego la Tierra, asiento firme de los Inmortales que habitan el Olimpo. Y, en lo más profundo de la Tierra, el sombrío Tártaro. Y Eros, el más bello entre los dioses, el que somete la mente y la conducta prudente de dioses y hombres.
Diego Jaramillo, en este segundo libro sobre el Matrimonio, escribe fundamentalmente acerca del amor. Y además lo hace, para mi regocijo, con la sencillez, ternura y claridad de una persona enamorada que conoce con integridad y armonía la consistencia del arte de amar. Cuando se comienza a leer el texto, deseas no parar porque su lectura es rápida, sugestiva y marinada de anécdotas de la vida real. Sucesos vividos, amados, queridos, sufridos, reídos; descubiertos, interiorizados e incorporados a la esencia personal, de la que siempre han formado parte.