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Lina Meruane

Sangre en el ojo

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  • Ani Hernándezhas quoted4 years ago
    Los ojos nunca renuncian, decía yo, siempre buscan otros ojos, decía, comprendiendo que era ese el impulso, pero Ignacio se resistía a aceptar explicaciones.
  • Alejandra Arévalohas quoted4 years ago
    Me asusta pensar ahora la parquedad de mi padre como un posible corte de circuito.
  • Alejandra Arévalohas quoted4 years ago
    Tragando aire, tragándome a mí misma con toda mi frustración, mi rencor, mi odio ciego a esa vida de la que quería divorciarme, aguantándome para no intoxicarlo con mi ira
  • Alejandra Arévalohas quoted4 years ago
    ¿Estás nerviosa? Pero nerviosa no es la palabra, no es ni nerviosa ni ansiosa ni angustiada ni tampoco es la palabra agobiada; me siento como una embarazada en espera de su desgracia.
  • Sandra Chávezhas quoted4 years ago
    Ya no estoy yo. Lucina se esfumó, su ser está suspendido en algún lugar del pabellón. Lo que queda ahora de ella es pura biología: un corazón que late y late, un pulmón que se infla, un cerebro narcotizado incapaz de soñar mientras el pelo continúa creciendo, lentamente, bajo la gorra.
  • Sandra Chávezhas quoted4 years ago
    . Y tú estabas ahí, como otro tuerto, sin comprender lo que había sucedido. No podías calcular la gravedad. No te animabas a hacer todas las preguntas. Te las guardabas arrugadas, como ahora, en los bolsillos.)
  • Gabriel Galavizhas quoted7 hours ago
    Venía a decirles que los necesitaba y que nunca más quería necesitarlos.
  • Gabriel Galavizhas quoted7 hours ago
    llegado puntualmente sin saber cómo, qué avenidas tomó, en qué semáforos se detuvo.
  • Gabriel Galavizhas quotedyesterday
    Hundida en otra silla de ruedas hubiera querido ser un espectro que retorna en secreto a cancelar viejas deudas y en lugar de chocar torpemente con el mundo lo atraviesa sin sentirlo.
  • Gabriel Galavizhas quoted2 days ago
    no iba a tener sus brazos para guiarme, sus piernas para encaminarme, su voz para ponerme sobre alerta. No contaría con su vista para suplir la ausencia de la mía. Me quedaría aún más ciega. Supe que me había ido adosando a Ignacio como una hiedra, envolviéndolo y enredándolo con mis tentáculos, succionando de él como una ventosa empecinada en su víctima.
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