es
Philippa Gregory

La Reina Roja

Notify me when the book’s added
To read this book, upload an EPUB or FB2 file to Bookmate. How do I upload a book?
  • Serenahas quoted4 years ago
    dieciséis años—. No entiende que en ocasiones Dios nos concede una oportunidad y tenemos que aprovecharla. Juana de Arco lo sabía bien, y vos también. En ocasiones Dios nos concede un instante de destino y nosotros tenemos que oír la llamada y responder a ella.
    Jasper esboza una sonrisa que le ilumina el semblante.
    —Sí —dice—. Tenéis
  • Serenahas quoted4 years ago
    El soldado casi se la arrebató de la mano y bebió con ansia.
  • Fernanda Orozcohas quoted2 months ago
    No hay mérito en la exageración
  • Serenahas quoted4 years ago
    Estaba con mi hijo.
    —¿Se ha alegrado al veros?
    Yo respondo con un breve ademán.
    —Está más preocupado por vos. Os echa de menos. ¿Cuánto tiempo lleváis aquí?
    —Llevo casi una semana por los alrededores. No he querido venir al castillo por miedo a los espías de Herbert. No quería atraerlo. De modo que he estado escondido en los montes, esperando a que
  • Serenahas quoted4 years ago
    Y podéis tener por seguro que la mitad de las tierras les serán devueltas a sus dueños cuando el rey recupere el poder y conceda indultos. Perdonará a todos sus enemigos y les permitirá regresar a sus hogares. Sus aliados descubrirán que los servicios que le prestan obtienen escasa recompensa. No hay ni provecho ni verdadero honor en seguir a este rey.

    Yo aprieto los labios para reprimir una réplica. Henry es mi esposo. Lo que él diga ha de ser ley en nuestra casa. Es mi señor por la gracia de Dios. No merece la pena discrepar de sus opiniones en voz alta; en cambio, en mi fuero interno, lo considero un cobarde.

    —Venid a la cama —me pide con dulzura—. ¿Por qué habéis de preocuparos por una u otra cosa mientras vuestro hijo se encuentre sano y salvo? Y de vos cuidaré yo, Margarita. No permito que la guerra toque nuestras tierras, y no voy a haceros enviudar por segunda vez lanzándome en pos de la gloria. Venid a la cama y sonreídme.

    Me meto en la cama con él porque es mi deber, pero no sonrío.

    Entonces recibo la peor noticia posible. La peor, y procede de Jasper. Yo creía que era invencible, pero no lo es; no lo es. Yo creía que era imposible que Jasper fuera derrotado. Pero, desgraciadamente, resulta que no lo es.
  • Serenahas quoted4 years ago
    —¿Sigue portándose bien nuestro viejo Arturo? —me pregunta como si no quisiera que ninguno de los dos se diera cuenta de que vuelve a dejarme y de que va al encuentro del peligro.
  • Serenahas quoted4 years ago
    silencioso y extraño cuando vos no estéis en él. Las escaleras de piedra y la capilla echarán en falta vuestras pisadas, la puerta extrañará vuestra risa, y los muros añorarán vuestra sombra.
    —Pero vos os quedaréis con mi hijo —replico celosa, como siempre.
    Él asiente.
    —Me quedaré con él, aunque os habré perdido a Edmundo y a vos.
  • Serenahas quoted4 years ago
    expectantes, sin dejar de observar los ojos azul oscuro del pequeño, que aún está envuelto de arriba abajo como si estuvieran a punto de meterlo en un ataúd. Sólo es capaz de mover
  • Serenahas quoted4 years ago
    Todo el que tiene algún motivo de queja contra su vecino aprovecha la oportunidad para derribarle las vallas, o para cazar en su territorio, o para robarle la madera; y a eso le sigue una pelea, y entonces Edmundo se ve obligado a acudir e impartir justicia por las bravas. Es peligroso viajar por los caminos a causa de las incursiones que hacen las compañías de soldados
  • Serenahas quoted4 years ago
    nspiré profundamente y le susurré:

    —Yo me parezco a ella.
fb2epub
Drag & drop your files (not more than 5 at once)