Esta obra recupera y muestra la vigencia del cuestionamiento que en su momento hicieron Foucault y Lefebvre acerca de cómo el despotismo de los proyectos políticos y urbanísticos sobre las ciudades se ve desobedecido o ignorado por heterotopías, por súbitas desjerarquizaciones del territorio, entradas en crisis del tiempo, por las que penetran o se despiertan energías oscuras, pero a veces esperanzadoras. Durante estos últimos años, la ocupación de plazas y otros espacios públicos –una manera de reclamar nuestras propias vidas y de proponer una manera distinta de componer la vida social— ha apuntalado una potente reinvención de la política y las relaciones sociales. Hacia la ciudad de umbrales constituye el estudio pionero y genial de estas nuevas formas de socialización y de uso –autogestionario, comunal— del espacio.