mente la que hablaba, era mi corazón anímico quien se sentía florecer como nunca antes, quien derramaba lágrimas de gozo, quien se inclinaba internamente ante Sri Aurobindo y Madre, comprendiendo por primera vez lo que significa la gracia de sentirse amparado por un Maestro de luz, de amor, de sabiduría y de compasión. Son momentos, junto al samadhi o en el meditation hall, en los que uno solicita, humildemente, merecer ser discípulo de la Luz encarnada por Seres como Sri Aurobindo y Madre.