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Lorrie Moore

Quién se hará cargo del hospital de ranas

  • María José Evia H.has quoted2 years ago
    No era de los que te dejan saber lo que piensan, pero te dejaba mirar cómo lo pensaba
  • Patriciahas quoted3 years ago
    Mi infancia no tuvo narrativa; todo era apenas una combinación de aire y falta de aire: esperar que la vida empezara, que el cuerpo creciera, que la mente se volviera temeraria. No había historias ni ideas, no todavía, no realmente
  • maría fernanda almadahas quoted3 years ago
    La gente sola, la gente atrapada, la gente de campo, todos miraban al cielo, yo lo sabía. De alguna manera ese cielo era la salida, pero era también el testigo constante, inmutable, del antes y después de nuestras decisiones –era testigo de todas las muertes que se llevaban a las personas a otros mundos–, así que la gente tenía una tendencia a hablarle.
  • Lizbeth Phas quoted4 years ago
    –Mi hogar –dice. La idea del hogar: la estafa encantadora y la evasión; rendirse al anhelo y al descanso–. Hogar, hogar, hogar
  • Vivian Díazhas quoted4 years ago
    Yo, por mi parte, estoy comiendo para recordar.
  • Fabián Mamaníhas quoted4 years ago
    Estoy esperando algo proustiano, toda esa infancia olvidada.
  • Laura Nocedahas quoted9 days ago
    Me acuerdo de que pensé que alguna vez las mujeres se habían muerto de fiebre cerebral contraída por los pinchazos de los alfileres de sus sombreros, y que aún después de tanto tiempo, era difícil ser una chica, acarrear estos cuerpos que no estaban nunca bien, heridas que necesitaban arreglos, cabezas que necesitaban sombreros, correcciones, correcciones.
  • Laura Nocedahas quoted9 days ago
    –Eres muy joven –dije, la simpática secuaz, el coro griego de una mocosa, aunque las palabras eran las de mi maestra de sexto grado, retándome por el lápiz de labios; las había rescatado sin darme cuenta, las estaba usando más allá de los bordes de mi boca.
  • Laura Nocedahas quoted9 days ago
    Yo era bautista y había rezado siempre, con los ojos entrecerrados, para que las cosas no pasaran. Sils era católica, y rezaba para que las cosas sí pasaran, para que se volvieran realidad. Rezaba para tener amor ahí y ahora. Yo rezaba para que no hubiera una pistola.
  • Laura Nocedahas quoted9 days ago
    Más tarde, de adulta, cuando me acostumbré a tener conversaciones largas e importantes en restoranes o bares –libros, amor, política, ciencia–, conversaciones que se encendían como fuegos, que se volvían como viajes por la ruta de noche, guiadas o acicateadas por los tragos y el hambre, o por algún caos del corazón, me pareció raro haber disfrutado alguna vez esas noches en el Sans Souci con Sils, porque no me acuerdo de qué hablábamos. No creo que tuviéramos conversaciones de verdad. No teníamos guitarra, sin nuestros cuadernos de música no podíamos cantar. Pero tampoco hablábamos. Tomábamos y nos contábamos chismes y comentábamos y mirábamos alrededor y cada tanto, cuando el volumen de la música subía demasiado, nos gritábamos cosas y nos reíamos. Fumábamos, el desafío extraño de fumar nunca disminuía para nosotras, aunque era solo uno de los tantos desafíos que hacíamos una y otra vez. Pedíamos gin tonics y los levantábamos a la luz negra para maravillarnos del azul fantasmagórico y después tomárnoslos. No teníamos idea de lo que la vida nos deparaba; ni la menor idea, no analizábamos ni un solo pensamiento.
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