La estética del oprimido

¡El Arte es el camino! ¡Hay que reconquistarlo para el fortalecimiento de la ciudadanía!

Estética del oprimido es una propuesta que trata de ayudar a los oprimidos a descubrir el Arte descubriendo su arte; en él, descubriéndose a sí mismos; a descubrir el mundo, descubriendo su mundo; en él descubriéndose.

La Estética del oprimido no quiere crear un estilo más, otro género, variante, una forma diferente de hacer lo mismo: se trata de ser radicales, de ir radicalmente (radical= ¡raíz!) hasta el núcleo del ser humano, y revelarlo. Esta revelación plena surge de forma estética, a través del arte.

Si una persona empieza a pintar –independientemente de la edad, el sexo, el color de la piel o las arrugas en los ojos, la condición social o la cuenta bancaria–, si empieza a bailar, a hacer teatro o a dedicarse a cualquier arte, activa esas neuronas superdotadas y pluripotenciales, y el resultado será no solo un aumento de su sensibilidad, sino también de su inteligencia, no solo de su capacidad de comprender, sino también de sentir.

Los nombres nombran lo que fue y será. No lo que es, porque nada es solamente.

El universo es gerundio.

El cuerpo humano es la fuente, y los lenguajes estéticos son los medios de un pensamiento simultáneo al Pensamiento Simbólico de las palabras y de los gestos convencionales. Ésta es la razón del arte.

Es deber del ciudadano-artista, utilizando los mismos canales de opresión pero a la inversa –Palabra, Imagen y Sonido– destruir los dogmas del arte y la cultura mostrando que todos los seres humanos son artistas de todas las artes, cada uno a su manera. Son productores de cultura, y no únicamente consumidores boquiabiertos de la cultura ajena.

culturas armonizan o extreman las diferencias, construyen y transgreden la moral, sueñan ética. Las culturas viven continuas transformaciones: temporales, en las que pesa su posible longevidad; locales, en las que pesa su posible trascendencia; inmortales, en las que pesa su muerte.

Nosotros, con la Estética del oprimido, buscamos nuestra verdad: un Arte Pedagógico imbricado en la realidad política y social, ¡y parte de ella!

No basta con consumir cultura: es necesario producirla. No basta con disfrutar del arte: ¡es necesario ser artista! No basta con producir ideas: hace falta transformarlas en actos sociales, concretos y continuados.