REVENTARME un grano
es cederle el lugar a mi impaciencia.
La ansiedad toma la forma del grano
y el grano le responde resistiéndose,
y a mí pareciera que no me urge su ausencia
sino tocarlo y desquitarme con él,
expulsar lo que no puedo quitarme,
concentrar en esa batalla mis batallas