Isla Partida

Salir sin ser vista fue su anhelo desde hace tiempo, lo sabes

Si alguien querido agoniza, se agoniza a la par suyo

En el mundo conocido, vivir se ha vuelto una tarea insoportable. Los astrólogos han vaticinado, desde años atrás, que la humanidad atraviesa periodos oscuros y que serán prolongados en el tiempo. En esta época cualquier cosa está a la venta. Los pensamientos se negocian como productos. Las emociones son intercambiadas por dinero.

Narrar demasiadas veces la misma secuencia de hechos cuando la imaginación es desordenada resulta necesario. Esperas que alguien lo entienda.

Te quieres morir. ¿La enfermedad de tu madre también es tuya?

Te explicaron que de allí provenía la nostalgia y la tristeza honda de la existencia. La tristeza de Saturno.

Pedirle a Dios. Hazme el favor, dices entre dientes, como si con esas tres palabras se escapara el sentido más vergonzoso de tu circunstancia: que la fuerza superior te haga el favor de salvarte porque tú, tantas veces, sientes que no puedes más.

Escribir para dar un testimonio. Lo que sucede no es verídico, sin embargo. Casi nada puede considerarse verdadero. La escritura tampoco es verdadera.

Las conjugaciones son irrelevantes. Dices ella y dices tú. La mujer que partió a la isla es ella y también tú.

Se va a dormir porque llegar hasta aquí le ha costado innumerables noches de insomnio y muchos días sin alimento a sus horas.