Sin motivo aparente, Hop comienza a seguir a un hombre al que llama Jack. Lo que resulta un pasatiempo se convertirá en un juego de persecución donde Jack será el «Maestro Dorado» de Hop. Esta relación hará que Hop se cuestione su propia identidad, en la que los límites de la escena de la vida se desvanecen y dan lugar a otra realidad que resulta ser, tal como menciona Jack en la brillante teoría que le inculca, «fragmentada, ilimitada y circular».