Este es uno de los pocos casos en los que me encanta lo abiertos que son los finales; cómo Eudave baila sobre la frontera de lo weird, el terror y el costumbrismo hastiado de personas cansadas de las otras.
Como telón de fondo, está el escenario apocalíptico de agujeros que aparecen por todo el mundo repentinamente; agujeros a los que se ha comenzado a arrojar la gente.
Este misterio, sin embargo, nunca se aclara; manejando el doble cuento de Piglia de manera espectacular, Eudave concluye las historias sin develar el misterio -sin quitarle la máscara al villano de Scooby Doo- y a veces, sin resolver el dramón familiar de los protagonistas.
Pero encandila leerlos. Una sensación de inminencia pavorosa los permea, y más que incomodidad, lo que sentí fueron ganas de que el mundo se terminara, para que la vida aburrida de los personajes cambiara, o de plano que también tuviera un final.
Lo leí en pocos días y me gustó mucho. Definitivamente leeré más de Eudave.
📣 "Quizá llevan un montón de desechos peligrosos que se cayeron de un camión clandestino que riega basura tóxica por aquí, por allá, o hay civilizaciones subterráneas que están saliendo de las entrañas de la tierra a poner orden ajusticiando humanos."
Me encantó el tono raro de estos cuentos, como las historias se hilan de alguna manera y cómo nos muestra los problemas en las relaciones.
Me gustaron los lazos de los personajes de cada cuento y cómo sus características son tan particulares y a la vez tan comunes en nuestra sociedad llena de hoyos.