El fruto prohibido sabe siempre más dulce…Elise mantenía bien ocultas sus cartas. Poca gente sabía que era también Blancaflor le Fay, la célebre cantante. Pero tenía un secreto aún mayor: su hija recién nacida era el resultado de una breve pero intensa aventura con Gawain, conde de Meaux.Obligado a casarse por su sentido del deber, Gawain regresó a Troyes para conocer a su prometida. ¿Pero entonces por qué no podía dejar de pensar en la dulce muchacha de voz argentina a la que había conocido mientras estuvo allí? Cuando volviera a encontrarse con su amante, Gawain tendría que elegir entre el deber y el deseo prohibido…