En la medida en que todo cuerpo forma parte de un orden simbólico, su estudio no puede ser reducido a la naturaleza. Muchas aproximaciones convencionales al estudio del cuerpo tienden aún a verlo como parte de un adiestramiento social que consiste principalmente en reprimir sus deseos, anular o minimizar el placer y exaltar, por encima del goce, la productividad y los éxitos conseguidos por el cuerpo disciplinado en el ámbito militar, económico, empresarial, etc., hipertrofiando el aspecto utilitario sobre el lúdico o hedónico.