Las mujeres de mi vida se han asociado a menudo con el drama, quizá porque los sentimientos entre nosotros siempre han sido muy profundos. Aun así, nunca he entendido del todo el grandioso misterio y la agonía del amor. Apenas he tenido relaciones superficiales. Aunque siempre me haya empujado el demonio del amor, mi vida no habría sido nada sin mujeres. A veces imagino un mundo en el que no hay mujeres, solo hombres. Un mundo así sería insoportable, patético, tambaleándose de un vacío a otro. Pero también tuve mucha suerte, tal vez más de la que merecía.