Cuando llega el otoño, sin embargo, la madre de Naomi cumple su palabra y la matricula en otro instituto, en otra localidad. La separan de sus amigos, se queda sin entrenadora y la apartan de la comunidad de la que lleva recibiendo cariño y apoyo desde que tenía diez años. Y quienes queremos a Naomi, quienes la queremos y no somos heterosexuales, hayamos salido o no del armario, aprenderemos de la forma más cruda posible que eso es lo que pasa cuando eres joven y queer: puede que no hayas hecho absolutamente nada malo, puede que lo único que hayas hecho sea estar viva y ser tú misma, y eso basta para que tu vida entera quede destrozada.