—¿Habéis hecho planes?
Él se gira y echa un vistazo a los ramos que están expuestos en las vitrinas.
—Cenaremos en Boston.
—Pues tened cuidado y no salgáis hasta tarde. Y ya sabe, si bebe, no conduzca.
—No me seas, Edwards. Todavía guardo un cubo con tu nombre.