A través del hilo conductor que establece Pacho Murga, un haragán bilbaino «más pijo y tonto que mandado hacer de encargo», asistimos a la inusual puesta en marcha de El Mapamundi de Bilbao, «el Rolls-Royce de los bares de pinchos de creación»; pero sobre todo conoceremos a su peculiar cocinero y dueño, Antón Astigarraga, un hombre con un terrible pasado.
En 1962, cuando era catador de Franco, un grupo de militantes nacionalistas vascos y miembros de una incipiente ETA lo utilizan para intentar acabar con el dictador. Muchos años después, un lujurioso jesuita que llega a ser obispo, una cantante de ópera sádica y ludópata, el entrenador del Atlethic de Bilbao, el jefe de ETA militar y un importante político nacionalista serán personajes clave en la atormentada existencia de Astigarraga.
Alacranes en su tinta es una novela diferente; un incomparable aspecto humorístico-gastronómico-erótico-criminal perfectamente tripulado por el excelente pulso narrativo y la personal mirada de Juan Bas, que trasciende del esperpéntico relato de una inexorable venganza, convertida en maldición para el propio vengador, a una historia de amistad entre dos hombres aparentemente opuestos.