Era una noche oscura y tormentosa; Mary Craine estaba exhausta, perdida, y
al límite de sus fuerzas, ansiosa por darse una ducha caliente y encontrar un
lugar donde pasar la noche. Cuando el Motel Bates apareció de pronto entre la
tormenta, Mary pensó que era su salvación. Las habitaciones eran viejas y
húmedas, pero estaban limpias, y el encargado, Norman Bates, parecía un tipo
bastante agradable, aunque un poco raro… Después Mary conoció a la madre de
Norman. Y el cuchillo de carnicero. La pesadilla acababa de empezar.