Cuando el que detiene (el poder controla-dor del Espíritu) sea quitado, habrá expresiones y brotes de maldad como nunca se han visto y que no es posible imaginar. El Espíritu es una envoltura de justicia, una burbuja de pureza. Él mantiene frenada a la maldad. Cuando él sea quitado, literalmente la tierra se convertirá en un infierno