No podemos controlar todas las circunstancias de nuestra vida. No sabemos qué pasará mañana, ni siquiera hoy. No podemos controlar nuestras circunstancias, pero sí podemos controlar cómo reaccionamos ante ellas. Podemos controlar el que una experiencia nos convierta en una persona amargada o en una persona mejor. Lo que importa en la vida no es tanto lo que nos sucede sino lo que ocurre dentro de nosotros.