La Formación de Inglaterra abarca el periodo que va de finales del Neolítico y comienzos de la Edad del Bronce —cuya principal manifestación es Stonehenge—, a la aceptación de la Carta Magna por el rey Juan sin Tierra (1215), comprendiendo, por lo tanto, la hegemonía romana de la isla, su cristianización, el periodo anglosajón —caracterizado por la existencia de los siete reinos— y la unificación bajo los normandos y la dinastía Plantagenet.