Caladas no es solo un poemario, es un camino de luces y sombras, de aprendizaje donde el amor es la lección y el maestro más dulce y amargo a la vez.
La poesía, como la entiende la autora, es humo; cambiante, intangible y efímero. Puede quemar en la garganta y marear, pero también posee una belleza hipnótica. Dejamos de verlo, pero el sabor sigue ahí.
A través de una semana metafórica en la que cada día representa una faceta del amor, Deva comparte su evolución en forma de poemas sin título.
Así, cuando abres este libro, abres una ventana al interior de su autora, a esos momentos de reflexión que ocurren durante una calada.
Respira hondo y asómate sin miedo, que a veces la poesía duele, pero no mata.
Deva comenzó a escribir poesía sin saber que lo hacía, sin más intención que la de desahogarse en los momentos en los que respirar era difícil.
Así, a lo largo de los últimos años, ha escrito poemas sueltos, pero siempre con un fondo común. Algunos de ellos fueron seleccionados para la antología poética Emocionario, editada también por LES Editorial, y ahora, Caladas recoge el resto de su poesía hasta 2019.