En Piel bandida, Josefina Estrada ofrece nueve cuentos de potencia implacable. En cada relato el lector es testigo de las complejas maquinaciones de hombres, mujeres y niñas que viven al margen no sólo de la sociedad, sino también de las buenas conciencias, y a veces de su propia conciencia. Estrada posee el don innegable de meternos, de cuerpo presente, en el cerebro y el corazón de seres de los cuales, con toda seguridad, huiríamos si los conociéramos en la calle o en una fiesta. A lo largo de las páginas de este libro, sin embargo, se traspasa la máscara de la violencia y se revela a un ser humano tan limitado que el único recurso que puede manejar para relacionarse con el mundo es, por fuerza, la agresión.