Em —susurró—, «todos» los que estaban en esa sección murieron. Todos. —Tragó saliva con fuerza—. Al principio te culpé a ti, Em, pero no fue culpa tuya. Estaba furiosa por haberlo perdido. Creo que lo único que quería era hacerle daño a alguien. Yo soy quien debería pedir disculpas. Y, de hecho, ¿sabes que fue lo peor de todo