Pero después me enteré, por boca de médicos y especialistas, de que no se trataba de una simulación, sino de una grave enfermedad que demostraba las duras condiciones en que vivía la mujer, sobre todo en Rusia. El mal procedía de trabajos agotadores realizados después de curaciones incompletas y sin intervención de la medicina, y también de la desesperación, los malos tratos, etcétera, etcétera, vida que algunas naturalezas femeninas no pueden sufrir, aunque la soporte la mayoria