hubiera dependido de nosotros, el mundo quedaría desprovisto de la especie humana, y seguramente le iría mejor. Nuestra demografía es la peor de las amenazas. Entonces, ¿por qué procrear? ¿Para quedarse tranquilo? ¿Para tener la esperanza de que lleguen días mejores? ¿Los habrá? Las cosas irán de mal en peor.