hombre más importante y temido de toda Europa. Aun en el exilio, existían ecos de aquella magnificencia en los proyectos extensos y meticulosos que concibió para su último jardín.
Napoleón pasó cinco años en la escuela militar de Brienne-le-Château y seis en Santa Elena, dos lapsos de tiempo que enmarcan su vida como sujetalibros, dos períodos en los que gozó de un dominio escaso sobre las condiciones de su vida cotidiana y halló refugio en el cultivo de plantas. Entre el primer jardín y el último, se elevó el arco de su vida hasta tocar el cielo para luego volver a caer a la tierra. Durante el ascenso y la decadencia de su poder, raras veces tuvo tiempo para dicha actividad; pero recorrió muchos jardines, grandes y pequeño