Feminismo de barrio

Fui una de esas chicas que siempre supieron que dejarían al tipo que les pegara. Porque eso es lo que hay que hacer, ¿verdad? Te largas y no vuelves la vista atrás. En la teoría funciona bien, pero en la práctica es una bonita

Por qué será que hay más gente que prefiere crear programas para combatir la obesidad que combatir el hambre de manera efectiva

Cuando se intentan condicionar los programas de alimentos a tener trabajo, a la respetabilidad o a cualquier cosa que no sea aliviar a alguien que lo necesita, los programas no sirven para paliar el hambre, sino para alimentar la vergüenza.

El feminismo de barrio como concepto no solo aborda la manera de desafiar estas narrativas, reconoce que la solución a muchos problemas —en este caso, el hambre— puede ser turbia e incluso ilegal.

En teoría sabemos que la pobreza es una cuestión feminista. Pero en la práctica pensamos que es un problema en otros países, que vivimos en un lugar donde a base de esfuerzo y valentía se puede salir de la pobreza.

A veces, para ser una buena aliada, solo necesitas abrirle la puerta a alguien en lugar de insistir en que tu voz es la única que cuenta.

Pero ser agradable implica más que ayudar: es pararse a escuchar, a conectar, ser cuidadosa eligiendo las palabras. Reservo eso para la gente que es agradable conmigo o para quien sé que lo necesita por sus circunstancias.

Todas tenemos que vivir en el mundo que nos ha tocado, no en el que nos gustaría, y eso hace que el feminismo idealizado se centre en las preocupaciones de aquellas que acaparan más parcelas de privilegio.

feminismo emana del conocimiento de que la raza, el género y la clase influyen en cómo me educan, cómo recibo tratamiento médico, el dinero que gano y el tipo de empleo que tengo, aparte de cómo esos factores provocan que las figuras de autoridad me traten de determinada manera.

el barrio me enseñó que el feminismo es algo más que teoría crítica.