Me estoy muriendo –dice el otro–, ¿y sabes lo increíble? Hoy he estado casi a punto de morir, estaban dispuestos a dejarme ir, y ahora que he sobrevivido me siento de maravilla, no como si fuera eterno, pero no me importa ser un moribundo. –Hace una pausa–. Me estoy muriendo –dice–. Hoy lo he dicho más veces que en toda mi vida, y de pronto es un hecho, algo que está ahí, como una película programada en un cine