Alternativas a gritar: aguantar la respiración, morderse una mejilla, hundir la cara en la almohada, llevarse la camiseta a la boca, abrazarse con tanta fuerza que los huesos estén a punto de romperse y los pulmones de colapsar, aparentar no tener boca ni pecho ni garganta para producir esos sonidos, cerrar los ojos y sonreír