Viktor Frankl, el psicólogo austríaco, lo resumió bellamente en el prefacio de su libro Man’s Search for Meaning: «No aspiren al éxito: cuanto más aspiren a él y más lo conviertan en su objetivo, con mayor probabilidad lo perderán. Puesto que el éxito, como la felicidad, no puede conseguirse, debe seguirse… como si fuese el efecto secundario no intencionado de la dedicación personal a algo mayor que uno mismo.»