Para restañar sus dañados pulmones, Cela residió durante dos meses del verano de 1942 en el Nuevo Sanatorio de Hoyo de Manzanares, pero no fue de ningún modo un enfermo pasivo, una “Margarita Gautier”, según sus propias palabras. En esos calurosos y febriles meses, Cela consiguió lo que todo el mundo ansía: Salud, gracias al tratamiento recibido; Dinero, eso sí, a plazos, ya que fue gracias a su paso por Hoyo como pudo ver publicada su Pascual Duarte, que hasta entonces llevaba bajo el brazo de editorial en editorial, y el Amor por Charo Conde, que ya traía en el corazón, pero que ambos robustecieron tras una crisis causada por la distancia.