Huelen a cohombro, estos cuentos. Como los portales de San Joaquín de Flores…
Recuerdan las parásitas entre el musgo, al lado del pesebre y la guirnalda de plata del árbol de Navidad de supermercado. Huelen a tamal recién hecho en casa y a caja de galletas extranjera. Son cuentos de siempre y de hoy: de ayer y de pasado mañana.
Son cuentos para la Navidad que duerme en el alma de cada quien: cuentos para compartir con otros y con el niño que llevamos dentro. Cuentos para recordar y para soñar, para sonreír y para pensar