Es verdad que una vez mordí al amo, no me caía tan bien: los dos queríamos mandar. De perro viene el morder y ladrar y atacar si me atacan; de perro valiente y bravo; y no puedo volar ni ser paloma, porque cada cual es lo que es. Lo siento, amo, pero vivo y actúo como lo que soy. Nací perro. No pidas milagros