Cuando las personas creativas se encuentran, la pregunta a menudo acaba siendo: «¿Qué es el talento?». He intentado responder a esta pregunta con pintores, escritores, escultores, poetas, alfareros y músicos. No hay una respuesta definitiva, porque el talento no se puede ver, probar ni medir, y lo que suena hermoso para un oyente le resulta vacío y no le interesa a otro. Las palabras que a ti te emocionan a mí pueden dejarme fría, y todos, en nuestra más profunda apreciación del mundo que nos rodea, somos parciales. Nuestro sesgo no se crea a partir del razonamiento y la toma de decisiones, sino de esa química única propia de nuestra personalidad, de nuestro pasado, de nuestro entorno, nuestra ética y las reacciones que provocamos en los demás.