El otro terreno de reflexión es la tensión permanente entre el mercado y los movimientos sociales para producir un arte autónomo, lo que puede ser la marca del siglo XXI bajo la esfera del capitalismo neoliberal. La caída del muro de Berlín no solamente terminó con un régimen autoritario y una amenaza de destrucción nuclear. Aparentemente también acabó con un proyecto de emancipación fincado en la solidaridad humana, el respeto a la naturaleza y el estallido de la creatividad en todas sus dimensiones. La paradoja es que si bien fue un alivio el fin de la opresión que el socialismo real ejercía sobre millones de seres humanos, las siete décadas de régimen socialista también representaron la más grande experiencia de la humanidad en la satisfacción de un anhelo liberador. Ahora, en la etapa neoliberal, un mundo de desplazados de la producción se vislumbra en el futuro inmediato. La marginalidad y la desigualdad se ahondan de modo que la pretensión de racionalizar la economía y la cultura a partir de la extrema individualización se asoman confrontadas por quienes se preguntan qué ventaja obtendrán de desatar la iniciativa personal y acrecentar el valor del sujeto neoliberal si es más bien la vieja corporación familiar, comunitaria, barrial o de clase la que permite a las mayorías encontrar posibilidades de participar en la distribución de los recursos sociales. Si los movimientos sociales, consustanciales a la vida social en cualquier circunstancia, han perdido la utopía de una sociedad igualitaria dirigida por un Estado planificador de la producción y el consumo, y si el desmoronamiento del mundo tradicional por la extrema avidez de la explotación de la naturaleza, la contaminación o el cambio climático impiden pensar en un arcadia rural y comunitaria que se supone que existió con anterioridad, lo que mueve ahora a muchos grupos sociales es la construcción de nuevos lazos solidarios al tiempo que reivindican el individualismo y la libertad personal. Es una paradoja notable el que en esta época de extrema individualización también los movimientos sociales sean sujetos neoliberales de otro tipo.