A partir de escenas ficcionalizadas en las que presenta a doce musas cuyo potencial no pudo desarrollarse o no fue reconocido en su momento, Beatriz habla de su propia realidad como mujer y artista y traslada las experiencias de esas mujeres al presente y a su vida.
En esta unión de historias, la autora reivindica estas figuras y la necesidad de entender la lucha feminista por lo que realmente es: un movimiento por los derechos humanos.