Al sherpa le conocí en la bodega Saltó del Poble Sec. Como le vi tomándose una Coca-Cola solo en una mesa, me decidí a abordarle. Se sorprendió porque le hablé en chino mandarín, y por supuesto a la que tuve ocasión saqué el tema del yeti. Enseguida me di cuenta de que no podía haber encontrado interlocutor más apropiado, pues conocía muchas leyendas e historias, y me habló de diferentes tipos de yeti. El más común es el de alta montaña, pero también existen yetis de otras clases. Y hay quien habla de un yeti pirenaico del tamaño del desmán de los Pirineos. El desmán de los Pirineos es como un topo con pelo de yeti. El caso es que a mitad de su explicación el sherpa dio un salto y salió por piernas. Yo creí que le había dicho algo horrible sin darme cuenta, así que para consolarme me acabé su Coca-Cola y su bolsa de patatas, pero se las tuve que restituir, ya que al rato se presentó con este frasco. Me explicó que aquí él se llama Meritxell, ya que es lo más parecido que había oído en Barcelona a su nombre, y que cuando se enteró de que era nombre de mujer ya se había acostumbrado a llamarse así, sin contar