Este libro ofrece análisis detallados del riesgo que corren la Tierra y la humanidad, y denuncia las amenazas que se ciernen sobre nosotros, pero sobre todo presenta una perspectiva de esperanza, de que si somos solidarios y cooperativos podremos dar un salto de calidad hacia un mundo más cuidadoso con la Madre Tierra, más justo, tierno y fraterno con los compañeros de viaje de este planeta.
En este sentido, la obra está en sintonía con las reflexiones del papa Francisco sobre «el cuidado de la Casa Común», pues sin desconocer la gravedad de la situación, siempre encuentra razones para la esperanza y para la confianza en el ser humano, en su inteligencia y sabiduría y, evidentemente, en el Dios Creador, que se revela como “el soberano amante de la vida”, y no permitirá que su creación, nacida del amor, sucumba miserablemente.