Tantos cuentos en un solo volumen no es lo habitual y menos lo aconsejable, el autor da una excusa atendible. Cincuenta cuentos de tópicos muy diversos hacen difícil clasificarlos. “Allá afuera” de algún modo significa la visión del autor del mundo en que le tocó vivir, mientras que “Acá dentro” nos muestra el tamiz de su sensibilidad. Encontramos cuentos sencillos como el del hombre que espera a su pareja en la calle en una tarde fría cuando comienza a llover, o la de aquel que vendado y atado de manos espera que lo fusilen o, peor aún, que lo degüellen. Hay relatos de un fantasma que habita una buhardilla invadida por una familia de vacaciones, o el de una mujer que después de ocho años en coma se retira todas las máquinas que la han hecho sobrevivir y se va en un taxi, como si ello pudiera ocurrir. Son cuentos que abarcan más de cuarenta años y, como dice el autor, no todos tienen el mismo nivel, pero a todos les guarda cariño.