Cuentos sobre la condición humana sin tapujos, que retratan lo bueno, lo malo y lo peor de los personaje, que en más de uno se verá reflejado el espectador. Todos, con un punto en común, el alcohol. Las narraciones breves tienen un grado de dificultad diferente de las novelas; ninguna es mejor que otra, pero no se puede negar que los cuentos, los buenos, son más atrayentes para un público más amplio, ya que en cuestión de minutos podemos disfrutar de historias completas y contundentes.