propio. Es a esta condición a lo que se llama el «pecado original», que significa aquellas imperfecciones que parecen estructurales en el animal cultural o lingüístico y que, pace todo el historicismo ingenuo, son continuas en una u otra forma a lo largo de la historia humana. Por otro lado, mantiene no sólo que la redención de esta funesta condición es posible, sino que, asombrosamente, en cierto sentido ésta ya se ha producido. Ni siquiera el más mecanicista de los marxistas afirmaría hoy en día que el socialismo es inevitable, menos aún que ya ha llegado sin que nos hayamos enterado. Para la fe cristiana, sin embargo, el advenimiento del reino es seguro, pues el levantamiento de Cristo de entre los muertos ya lo ha fundado. Sin embargo, sólo puede llegar