Con malicia hacia nadie; con caridad hacia todos; con firmeza en lo justo, según Dios nos conceda ver lo justo, prosigamos para concluir la labor en la que nos hallamos; para vendar las heridas de la nación; para cuidar a aquel que haya sufrido la batalla, y a su viuda y a su huérfano, para hacer todo lo que pueda acabar y consumar una paz justa y perdurable entre nosotros mismos y con todas las naciones.