Ella atraviesa el peor momento de su vida. Él tiene una propuesta difícil de rechazar. Pero la pasión no estaba en el trato. «Te quiero», le había dicho Kara justo antes de perder el conocimiento de camino al hospital tras ser atacada en plena calle. Simon recuerda una y otra vez esas palabras. Kara se ha convertido en una obsesión que es incapaz de controlar. «Como si fueras mía y tuviera que protegerte. Eres la única mujer en el mundo que me ha hecho sentir así. No hay vuelta atrás», piensa Simon. Hace tiempo que Kara debería haber dejado de negar la realidad y haber aceptado que era incapaz de no involucrarse sentimentalmente con Simon. La pregunta era: ¿siente él la misma atracción irresistible y fascinante que siente Kara en la cama y fuera de ella? Lo que Kara no sabe es que Simon se siente superado por la necesidad de apoderarse de ella, de demostrar al mundo que es suya. «Eres mía y quiero que sea oficial. ¿Quieres casarte conmigo?». Encontrarás la respuesta al final de este libro pero en la última parte de La obsesión del millonario aún surgirán más problemas.