ser humano no es solo un ente social sino también un ser metafísico. En otras palabras, no es tan solo un individuo social sino también una personalidad. Sería erróneo, por tanto, confundir lo que está por encima del individuo con la sociedad. Porque, al actuar así, dejamos de lado la faceta metafísica de la persona, que es realmente lo que se halla por encima del individuo, fuera de nuestra consideración. Porque es en la personalidad, y no en la masa, donde debemos buscar el auténtico principio supraordenado.51