Jean Valjean ha cumplido una condena de casi veinte años por robar comida para su familia. Fuera de la cárcel, marginado por la sociedad, no le queda más remedio que seguir robando. Un inesperado encuentro con el obispo Myriel le hará cambiar de actitud y redimirse. Tras adoptar una nueva identidad, logra hacerse con una posición acomodada que le permite ayudar a los vecinos de Montreuil y a Cosette, la hija de Fantine, una mujer obligada a prostituirse para subsistir. Pero la justicia le sigue los pasos por haber reincidido tras salir de la cárcel. La implacable persecución del policía Javert, un hombre de estricta moral, le obliga a emprender una huida permanente que le llevará a esconderse en conventos y cloacas, y a pasar por los campos de batalla de Waterloo y por las barricadas del París revolucionario de 1832. Siempre buscando para sí y para los demás una justicia que le es negada.