Siendo la amiga salvaje también aprendí que hay formas de ser: la buena salvaje. Y una de ellas es moderándote. Demostrando que sí sabes comer con cubiertos. Que sí sabes explicar las cosas sin groserías. Que eres educada, leída y bien portada. Que no la vas a hacer de pedo a las primeras de cambio. Moderando tu maquillaje, tu forma de vestir. Tu forma de hablar, sin gritar tanto, sin maldecir tanto. Abandonándote. Renunciando un poco a lo que eres. Como Pocahontas. Que la gente diga: Sí, es prieto, pero lee mucho y elocuente para hablar y nada reaccionario.